“Cada año, 73 millones de tiburones mueren para abastecer el mercado global de la sopa de aleta de tiburón, una delicia que se sirve en bodas y banquetes chinos como un símbolo de riqueza. Un sólo tazón de sopa puede costar hasta 100 dólares, estimulando la demanda y llevando a una disminución en algunas poblaciones de tiburones de hasta un 98 por ciento. La venta de tiburones puede ser legal en América Latina, dependiendo del país, de la especie, y de muchos tecnicismos. Por ejemplo, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Venezuela permiten la venta comercial de tiburones, pero restringen o prohíben su pesca por sus aletas. Desde 2004 al 2009, los Estados Unidos importó de forma legal 8,3 millones de reptiles salvajes de todo el mundo. El Salvador y Colombia se encuentran entre los 10 países exportadores. La ONG brasileña RENCTAS, la red para luchar contra el tráfico de animales salvajes, calcula en su estudio del 2001 que el tráfico de animales caza alrededor de 38 millones de animales salvajes cada año tan sólo en Brasil. En Perú, 400 especies diferentes de fauna y flora son vendidas de forma ilegal. En Colombia, 58.000 animales traficados son incautados cada año, y miles más han sido rescatados en Bolivia, Brasil y Paraguay, entre otros” (Neme, 2015).
2000 tiburones asesinados en Malpelo
“En octubre de 2011, el gobierno de Colombia denunció una matanza de unos 2.000 tiburones en la isla Malpelo, ubicada en el Océano Pacífico, uno de los santuarios de flora y fauna del país sudamericano. En ese momento tanto el gobierno local como organizaciones ambientales denunciaron que barcos costarricenses habían perpetrado la masacre ambiental. El tiburón está sufriendo de una persecución en ambos océanos por su aleta. Lo de Malpelo es un síntoma de como la alta demanda de este producto en países como China está acabando con su población», afirmó Ortiz. Según los informes que tienen las organizaciones defensoras de animales, hay especies de tiburones, como el de arrecife del Pacífico, que se han reducido a un 10% de su población original. «Es que el precio de US$100 de un kilo de aleta de tiburón lo hace muy apetecible para el mercado de los traficantes», explicó a BBC Mundo Diego Amorocho de la fundación WWF Colombia. En mayo de 2013, la Defensoría de los Habitantes de Costa Rica le pidió al gobierno de país que decretara una veda para la pesca de estos animales hasta que se pueda establecer su población real” (BBC Mundo, 2014).
Hay especies de tiburones, como el de arrecife del Pacífico, que se han reducido a un 10% de su población original.(BBC Mundo, 2014).