Dos hechos demostraron el incumplimiento de las disidencias de “Iván Mordisco” al cese bilateral pactado con el gobierno del presidente Petro en medio de los diálogos con esa organización. Los episodios ocurrieron en Caloto, Cauca y Jamundí, Valle.
En Caloto, una asonada llevó a la expulsión del Ejército y causó heridas a tres suboficiales y 12 soldados, quienes fueron atacados con machetes. Y en zona rural de Jamundí, un retén instalado por los disidentes, terminó en intimidaciones a ciclistas que realizaban esa ruta.
La estrategia de las asonadas se está convirtiendo en una violación al cese al fuego bilateral por la puerta de atrás porque las disidencias presionan a las comunidades de varios municipios donde quieren tener injerencia, para que expulse al Ejército de la zona y así no lo combaten pero sí pueden operar tranquilamente.
“Los disidentes guardan el fusil debajo de la cama y salen a hostigar”, aseguró en varias entrevistas el general Federico Mejía, del comando del Ejército en Cauca, donde según él cada “día de por medio” ocurren este tipo de hechos.
Además, la senadora Angélica Lozano advirtió que esta práctica no es novedosa por parte de las disidencias de “Mordisco” y recordó que desde noviembre del año pasado se había advertido de la existencia de grabaciones en las que el jefe de las disidencias da la orden de no confrontar con las tropas pero sí obligar a las comunidades a sacar a los militares de varias zonas.
La información de inteligencia da cuenta de que pretenden realizar esta práctica no solo en Cauca, sino también en Meta, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Antioquia y Norte de Santander. En medio de esta revelación, la senadora Lozano le recordó al ministro de Defensa, Iván Velásquez, que la garantía de la paz total que busca el gobierno se logra con la presencia activa de la fuerza pública y no con su expulsión.