Ante la posibilidad de que empresarios privados cobraran 45.000 pesos por participar de un ciclopaseo convocado para el próximo primero de diciembre en la ciclovía, voces representantes de decenas de colectivos promotores del transporte cotidiano en bicicleta, se opusieron con razón. La ciclovía es quizá, el único espacio de la ciudad con una integración social que pasa de la teoría, de los discursos, y los enunciados, a la realidad. Es un ejemplo a proteger.
Celebramos que la empresa privada patrocine colombianos ejemplares como Nairo Quintana, su presencia en la ciclovía incentiva aún más la práctica del deporte entre al menos 1.5 millones de usuarios que cada mañana de domingo disfrutan de ella. Bienvenidos los esfuerzos privados que promueven prácticas sanas. Necesitamos el apoyo de las empresas para ampliar y mejorar los servicios que esta ofrece, por sus condiciones podría llegar a ser un escenario para generar un aprovechamiento económico regulado del espacio público que pondere prioritariamente el interés general.
Es justo reconocer que ante la movilización ciudadana, los promotores privados del evento, con receptividad, en un acto de compresión, conciliación y sensatez, decidieron eliminar el cobro de la inscripción, y abrir con ello el evento de forma GRATUITA a todos los ciudadanos que deseen participar, y así se privilegie el interés general.
Nos encanta que cada vez sean cada vez más las iniciativas que nacen alrededor de la bicicleta y buscan promover su uso. Necesario y bienvenido el apoyo privado, y el posicionamiento de marcas, siempre y cuando no sean trasladados a la ciudadanía, dando como resultado un irreversible impacto social.
Esta experiencia nos alerta a estar vigilantes en esa tarea que actualmente adelanta la administración distrital, en el sentido de crear los protocolos de aprovechamiento económico regulado del espacio público. Una cosa es que una marca financie el operativo logístico de la Ciclovía (vallas, uniformes de guías, conos, puntos de recreación e hidratación) a cambio de publicitarse, y otra distinta e inaceptable, que se pretenda cobrar al ciudadano el uso de la ciclovía, que por décadas ha disfrutado gratuitamente de ella. El ejemplar ejercicio de ciudadanía que se vive cada mañana de domingo en la ciclovía, se respeta!