Objetivos de la Audiencia:
- Dar a conocer el estado de los sistemas de monitoreo de la calidad del aire en el país.
- Evidenciar la necesidad de contar con redes de monitoreo del aire en zonas claves del país donde hay concentración de actividades que emiten partículas.
- Dar a conocer la importancia de enfocar la vigilancia de la calidad del aire en los contaminantes críticos priorizando esfuerzos en los que reportan mayores niveles de concentración y que pueden ser de mayor riesgo para la salud.
Introducción:
La contaminación atmosférica en Colombia es uno de los problemas ambientales de mayor preocupación, por los impactos generados en la salud y en el ambiente, en consecuencia, es el tercer factor generador de costos sociales después de la contaminación del agua y de los desastres naturales.
Entre las principales fuentes de contaminación del aire se encuentran el transporte, la quema de combustible y desechos, las centrales eléctricas y las actividades industriales.
El Departamento Nacional de Planeación, DNP, reveló los resultados de la evaluación realizada a la Política de Prevención y Control de la Contaminación del Aire en 2017, en donde se evidenció que el 51 % de los colombianos considera que este tipo de contaminación es el gran problema ambiental en el país. La mayor preocupación por esta contaminación se da en Medellín, que alcanzó el 74 %. Cali (49 %) y Bogotá (45 %).
En Colombia, el 76% de los 78 municipios con sistema de vigilancia de calidad del aire alcanzan niveles perjudiciales para la salud Aunque sólo el 26% incumple la norma nacional, la concentración promedio en el país es superior a la meta nacional para 2030 (30µg/m3). Promedio anual nacional 42,7µg/m3.
¿Qué tanto se vigila la calidad del aire del país?
Según DNP el 76 % de los municipios que realizan vigilancia de la calidad del aire se registran niveles de contaminación por encima a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud y que serían perjudiciales para su población.
En los últimos cinco años aumentó el número de estaciones de monitoreo de la calidad del aire y hoy el país opera a nivel nacional con 23 Sistemas de Vigilancia de Calidad del Aire, los cuales cuentan con 159 estaciones de monitoreo, siendo 142 fijas y 17 indicativas.
La cobertura espacial de las estaciones de monitoreo abarcó 72 municipios y 19 departamentos. Sin embargo, existen 52 áreas a nivel nacional, que cumplen con los criterios establecidos por el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de Calidad del Aire, y aún no cuentan con medición en su jurisdicción, siendo las más relevantes las correspondientes a los municipios de Soledad, Villavicencio, Buenaventura, Sincelejo, Riohacha, Tuluá, Tunja, Barrancabermeja, Girón, Apartadó y Florencia.
De igual manera, siete de las veintitrés jurisdicciones que monitorearon durante el año 2016, no cuentan con el número suficiente de estaciones en su Sistema de Vigilancia correspondiendo estos municipios a Montería, Ibagué, Popayán, Armenia, Pasto, Envigado y Soacha.
¿Cómo estamos en calidad de aire a Nivel nacional?
De las estaciones que existen, entre el 30 y 35 por ciento tuvieron reportes que excedían los topes de las normas colombianas, que establecen para el material particulado de 2,5 hasta 50 microgramos por metro cúbico de aire (ug/m3), un indicador mucho más laxo que el recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que indica que este contaminante no debe exceder los 10 microgramos.
Al problema se le suma el hecho de que ciudades con actividades mineras, industriales o que están en crecimiento de su parque automotor, como Riohacha (Guajira), Soledad (Atlántico), Cartagena (Bolívar), Sincelejo (Sucre), Apartadó (Antioquia), Barrancabermeja (Santander), Villavicencio (Meta), Buga, Palmira y Tuluá (Valle del Cauca) y Florencia (Caquetá) no cuentan con una red de monitoreo.
La calidad de los datos que actualmente se tienen también preocupa. Por ejemplo, solo el 21 por ciento de las estaciones de las que se obtienen datos miden el material particulado de menos de 2,5 micras, el cual, por su tamaño, es el que más afecta la salud, porque se aloja con más facilidad en el sistema respiratorio.
No hay una red de monitoreo del aire en zonas claves como el valle de Sogamoso (Boyacá), donde hay concentración de actividades que emiten partículas.
Otro caso importante es Bucaramanga, porque en ocasiones tiene episodios similares a los de Medellín, aunque tiene una geografía más favorable para el mezclado de la atmósfera, cuando hay periodos de sequía o falta de vientos se hace evidente lo vulnerable que están algunas ciudades, como es el caso de Bogotá.
Sin embargo, la ejecución de la política corresponde a las Autoridades Ambientales regionales y urbanas (observación, seguimiento constante, medición, evaluación, control y definición de programas de prevención y control). Y esta evaluación de la política mostró que existen retos que se requieren ser abordados con esfuerzos de los sectores de transporte, industria, energía, ambiente y salud, entre otros, y con una mayor articulación entre la Nación y los territorios.
Entre las recomendaciones presentadas por la evaluación se encuentran:
- Implementar controles a los vehículos teniendo en cuenta sus niveles de contaminación de acuerdo con la edad y la tecnología usada; implementar programas de desintegración de vehículos contaminantes, y aumentar la efectividad de las revisiones técnico-mecánicas.
- Mejorar la tecnología del parque automotor para incluir combustibles limpios al tiempo que se continúa mejorando la calidad de la gasolina y el diésel.
- Enfocar la vigilancia de la calidad del aire en los contaminantes críticos priorizando esfuerzos en los que reportan mayores niveles de concentración y que pueden ser de mayor riesgo para la salud.
- Actualizar la normativa de emisiones de la industria, incluyendo aquellas que hoy no requieren permiso de emisión.
- Hacer más eficiente el procedimiento para el acceso a incentivos tributarios como la exclusión de IVA, deducción de renta y de arancel para tecnologías menos contaminantes o sistemas de reducción de emisiones.
- El país no cuenta con evaluaciones periódicas de la ubicación y operación de las estaciones de monitoreo actual, en función de los criterios establecidos por el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de Calidad del Aire adoptado en el año 2010, lo cual pone en duda la calidad y confiabilidad de la información. Esta situación es preocupante, porque en su mayoría es la única información base para la adopción de medidas por parte de las autoridades regionales. En el mismo sentido, el Informe de 2016, revela que “la alta dirección de la Autoridad Ambiental no tiene dentro de sus prioridades el fortalecimiento de la gestión de la calidad del aire ya que los Sistemas de Vigilancia de Calidad del Aire implementados registran el cumplimiento de los estándares establecidos por la norma nacional por lo que consideran que no hace falta evaluar y ampliar la cobertura en la medición, ni la actualización de los diagnósticos o el desarrollo de acciones para reducir las emisiones”.
- Pocas autoridades ambientales regionales y urbanas desarrollan planes de prevención y control de la contaminación del aire, bajo el argumento que no hay necesidad porque las mediciones son bajas o porque no hay recursos necesarios para realizar los diagnósticos pertinentes. La Oficina Asesora de Planeación del Ministerio a su vez, ha indicado que existen recursos que no se ejecutan por la falta de propuestas técnicas idóneas.
- La información sobre calidad del aire y sobre emisiones es reportada en el Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC), el cual presenta enormes barreras de acceso y divulgación de la información como, i) diagnósticos preliminares con información secundaria (clima, cartografía, salud, movilidad, actividades económicas); ii) Inventario de emisiones fijas y móviles; iii) Estudios meteorológicos; iv) Modelización de la calidad del aire; v) revisión técnico mecánica de Centros de diagnóstico automotor; vi) resultados de actividades de seguimiento y control; vii) Acciones para la prevención, mitigación y control de la contaminación del aire y los resultados de su ejecución; vii) la información de las mediciones de emisiones y de calidad del aire no está registrada sistemáticamente y frente a la existente no se hace análisis por parte de la Autoridad Ambiental o por la ANLA.
Aquí puedes ver y descargar las presentaciones de las Instituciones participantes durante el debate:
Proyecto Actualizado. Mayo, 2018