La senadora Angélica Lozano le pidió a la plenaria del Senado que hunda en su sexto debate el proyecto de acto legislativo que reformaría la Constitución para permitir, entre otros aspectos, que miembros de corporaciones públicas, como congresistas, concejales o diputados, puedan cambiar de partido una vez cada cuatro años sin tener que renunciar a la curul que ganaron por el voto de sus electores.
Son tres las principales críticas de Lozano a este proyecto, en primer lugar, le quita al Consejo de Estado la facultad de sancionar la prohibición de pertenecer simultáneamente a más de una organización política, es decir, la doble militancia, dejándola en manos de los partidos. En segundo lugar, haría la regla y no la excepción que ediles, concejales, diputados y congresistas cambien de partido sin perder su curul, práctica hoy restringida, algo que la congresista considera poco ético, pues irrespeta la voluntad del elector, que votó por alguien ligado a una organización política específica. En tercer lugar, cuestionó que los congresistas modifiquen la Constitución en beneficio propio.
Esto implica un conflicto de intereses que podría causar hasta la pérdida de investidura. Es un cambio de articulito en la Constitución en beneficio propio ¿Malo si beneficia a Uribe, pero bueno si beneficia a Petro? En ambos casos me opongo e invito a la plenaria a votar no”, señaló.
La senadora se refirió a la situación del Pacto Histórico, que no podrá ir en lista única como coalición porque ya no es minoría: superó el 15 % de los votos en 2022. Aunque intentaron fusionarse en un solo partido, la Ley 1475 de 2011 lo impide si hay investigaciones en curso, y el Pacto las tiene. Ambas salidas están cerradas.
La tabla de salvación: el transfuguismo. Si van en listas separadas, tendrán menos votos y menos curules. Si se aprueba, el ‘articulito’ los salva”, explicó.
Para Lozano, quien ha votado negativamente a esta propuesta 5 veces desde el 2017, sí es necesario hacer una reforma política seria, que aborde integralmente aspectos como la democracia interna en los partidos, el umbral, la paridad, la financiación, la reglamentación de coaliciones, entre otros.
Esa sí es una reforma seria y necesaria. Esto, en cambio, es una colcha de retazos llena de conflictos de interés al legislar en beneficio propio. Necesitamos una reforma política sin atajos”, concluyó.
