Es posible que repitamos la historia de los racionamientos de energía que vivió el país a principios de la década del 90.
Según declaraciones del Ministro de Ambiente, la intensidad del actual Fenómeno de El Niño puede extenderse hasta marzo del próximo año o incluso más. Dicha intensidad se ha reflejado en una temporada inusualmente seca que ha permitido hablar del 2015 como el año más caliente de la historia reciente del planeta y del surgimiento de fenómenos climáticos como el huracán Patricia, clasificado por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) como uno de los 15 huracanes del Pacífico Nor-este que han alcanzado categoría 5 desde 1959.
En el país, la severidad del Fenómeno del Niño se nota en la dificultad para controlar incendios forestales (3.954 a octubre 21 según la Dirección Nacional de Bomberos) (Ver reporte de Incendios forestales) – y en la disminución de los niveles de agua en los embalses de los que dependen las hidroeléctricas para la generación del 70% de la energía eléctrica que utilizamos. (Ver informe de mercado eléctrico colombiano).
Se suma al problema la limitada oferta de gas con la que cuenta el país y los problemas en la frontera con Venezuela. En el primer caso, aunque hay yacimientos de gas con una oferta suficiente para suplir la demanda normal de este combustible, el bajo nivel de los embalses ha obligado a exigir que las termoeléctricas suplan el déficit de generación de energía elevando. El cierre de la frontera, por su parte, ha hecho que en la zona se incremente la demanda de combustibles internos y que el Gobierno haya autorizado la generación de energía eléctrica en la hidroeléctrica El Quimbo, un proyecto cuyo proceso de licenciamiento ambiental ha sido tan polémico que ya tiene medidas preventivas por parte del Tribunal Administrativo del Huila.
Subirán las tarifas de agua y energía en los meses que vienen aunque al parecer la carga la llevarán las familias y no las industrias, mucho menos las que no están conectadas a acueductos son las que toman el agua, previa concesión otorgada por la autoridad ambiental competente, directamente de una fuente natural.
Es hora de insistir en el uso responsable del agua y la energía eléctrica. Ser consumidores responsables implica tener claro que en algún punto del ciclo de producción o comercialización de cada producto o servicio que compramos se utilizan estos preciados recursos que no son ilimitados.