Cuatro años de sequía, interrupción de flujos de agua, degradación de la cobertura verde, la ampliación de la carretera Barranquilla-Ciénaga, la tala, la quema del mangle y el fenómeno de El Niño son algunos de los detonantes de los nuevos procesos de salinidad en el agua de la Ciénaga Grande. El ciclo mortal que ataca al ecosistema viene acompañado de contaminación, mortandad de peces y mortandad de manglares.
La situación hace que las autoridades ambientales vean necesario replantear las tareas de mantenimiento y preservación.
Francisco Arias Isaza director del INVEMAR, manifiesta que la salinización del líquido genera la muerte de peces, con la excepción de algunas especies resistentes. Así mismo, Luz Elvira Angarita directora territorial del Caribe de Parques Nacionales Naturales, manifiesta los resultados del monitoreo hecho en el último año el cual arroja el “estrés hídrico” que actualmente sufre la ciénaga.
Frente a esta situación el 21 de diciembre de 2014, la Asociación interamericana para la Defensa del ambiente (AIDA), la Universidad del Norte y la Universidad de Florida con el acompañamiento de la científica Sandra Vilardy, de la universidad del Magdalena, realizaron una petición a la Secretaría de la convención Ramsar, para que implementara medida de protección respecto al Sitio Ramsar 951, «Sistema Delta Estuarino del Río Magdalena, Ciénaga Grande de Santa Marta».
Lo solicitado reunía ítems como él envió de una misión técnica a la Ciénaga, un informe sobre la condición ecológica de la misma, la preparación de un paquete de compensación por la pérdida de los recursos naturales y la inclusión por parte del Gobierno de la CGSM en el registro Montreaux debido a los cambios ecológicos del complejo lagunar.
En mayo de 2015, el Grupo de Litigio de Interés Público -GLIP- de la Universidad del Norte presentó un segundo informe; con el que se actualizó la información antes descrita y se hizo hincapié en la mortandad masiva de peces de septiembre de 2014, febrero de 2015 y mayo de 2015.
Paralelamente, el GLIP presentó una petición al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Corporación Autónoma Regional del Magdalena con el que se solicitó se adopten todas las medidas necesarias para la descontaminación, reparación, rehabilitación y recuperación integral de la Ciénaga Grande de Santa Marta, entendida como zona de especial importancia ecológica; A la causa de salvar la Ciénaga se une la representante Angélica Lozano, quien solicitó el pasado 5 de agosto de 2016 al Ministerio de Ambiente y a CORPOMAG a través de una carta, la declaratoria de emergencia de la Ciénaga y un sobrevuelo para evaluar los impactos causados al ecosistemas.
Posteriormente el Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres (CDGRD) en sesión convocada por la gobernadora del Magdalena Rosa Cotes Vives, aprobó el 12 de agosto de 2016 por unanimidad la declaratoria de Calamidad Pública en la Ciénaga, con el fin de lograr la recuperación del complejo lagunar. La declaratoria está en el Capítulo VI de la Ley 1523 de 2012 “Declaratoria de Desastre” reglamentada por los artículos 57 al 64 de la norma en mención.
A causa de las diferentes peticiones el pasado 22 y 26 de agosto expertos de distintas nacionalidades altamente calificados, delegados por la secretaría de RAMSAR evaluaron el estado de los ecosistemas, lo que se presentó como una gran oportunidad para replantear las recomendaciones necesarias para salvar el ecosistema.
Con las reuniones que se llevaron a cabo esa semana entre los delegados de RAMSAR y el Ministro de Ambiente Luis Murillo; se espera que los expertos dispongan las medidas de protección pertinente en favor de la Ciénaga Grande. Así mismo, esperamos que los expertos realicen la recomendación al Gobierno Nacional de incluir a la Ciénaga Grande en el Registro de Montreux.
Recientemente se radico una acción de tutela en el Tribunal Superior de Santa Marta, la cual busca que se les ordene al Gobierno, a la Corporación Regional del Magdalena (CORPAMAG) y a los entes de control que inicien un plan para recuperar este ecosistema de 400.000 hectáreas, el cual fue declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera y también es considerada un sitio Ramsar por su importancia para el planeta, es el territorio donde confluyen las aguas del Río Magdalena, la desembocadura de varios de los ríos de la Sierra Nevada de Santa Marta y el Mar Caribe, está localizada en la parte norte de Colombia.
Entre los males de la Ciénaga, dicen los pescadores, está la falta de mantenimiento y dragado de los caños, lo que ha llevado a que cada vez tenga menos agua dulce. También hay poco control sobre los propietarios de predios de la zona que malgastan el agua que baja de la Sierra Nevada, así como problemas de afectación por la construcción de diques y proyectos agroindustriales y viales. Denuncian que se está vulnerando su derecho a un ambiente sano, a la vida digna, al mínimo vital, al trabajo, a la alimentación y al agua, con el agravante que no tienen acueducto, por lo que beben directamente del río Aracataca, del caño Aguas Negras y otros afluentes del Magdalena. Así mismo los pescadores denuncian, que en el año 2005 en la zona se podían pescar unos 10.000 peces, crustáceos y moluscos, esa cifra cayó el año pasado a la mitad.